Hoy veo en diferentes blogs que se habla del bisfenolA , un disruptor endocrino. Cualquier manipulación hormonal en las personas tiene consecuencias importantes que revierten en una disminución del poder personal como mínimo. Extraña que estos productos sigan permitidos cuando sin embargo otros, inocuos, se vetan constantemente o se les ponen innumerables trabas para su venta, comercialización y publicitación, como es el caso de mucha medicina biológica. Como se dice en el artículo de Miguel Jara: «se conoce desde 1938 que el Bisfenol A es estrogénico pero hasta 2011 no se ha retirado del plástico con el que se fabrican los biberones».
La importancia de la intervención hormonal se explica por la influencia del sistema endocrino en el desarrollo, definición y estabilidad del sistema cerebral. Estamos hablando de consecuencias mentales. El cerebro tiene dos hemisferios, la persona cuando sea maduro físico (a partir de los 14 años en mujeres y de los 16 años en varones) será de una dominancia cerebral o de la otra en dependencia «principalmente» de sus hormonas, aparte claro está de su determinismo biológico de base (sexo biológico). Ello crea las carácterísticas de los sexos en cuanto a comportamiento, forma de vivir y de enfermar. No es cierto que las mujeres sean de una manera y los hombres de otra puesto que hay dos tipos o tendencias biológicas en cada sexo y además cambiamos de cerebro en la edad adulta cuando dejamos de ser potencialmente reproductivos. Por eso los mayas decían que tenemos dos vidas, pues con este cambio la forma de ver la vida también se modifica completando así el aprendizaje que venimos a hacer a este mundo. Nacemos sin dominancia cerebral predispuestos biológicamente a tener una, por eso los niños hasta que no se definen a los 14-16 años son cerebralmente holísticos. Luego definimos una dominancia (diestros y zurdos cerebrales) que será estable si en la infancia no existen conflictos ni intervenciones hormonales y en la edad adulta podríamos llegar a la conciencia plena, como pasaba en los pueblos primitivos donde el anciano era un sabio. Con la medicina psicobiológica podemos entender en qué consiste cada una de estas dominancias cerebrales y conseguir más fácilmente que nuestra vida sea más plena.
Si se altera esta dominancia el individuo se debilita mentalmente y tiene problemas de decisión, de satisfacción y de sentido de la vida, y se convierte un débil mental que sufre mucho. No es que sea poco inteligente, la inteligencia depende del cerebro racional y no del biológico, pero la «inteligencia biológica» está trastocada y el individuo es menos poderoso, sobre todo si no sabe lo que le pasa.
Se habla bastante de la homosexualización pero no se profundiza en los mecanismos por los que se puede llegar a ello, cosas que debemos conocer para evitarla. Así mismo se observa bastante prejuicio contra el gay que no es más que por miedo al diferente y desconocimiento. La alteración hormonal consigue que cada vez haya más personas débiles psíquicamente no por homosexualidad sino por la falta de poder y sufrimiento que el desconocimiento de lo que le pasa a uno puede producir. El mundo gay, a su vez, está sumido en un círculo vicioso por falsas creencias y manipulaciones varias: la más importante la homofobia y también la manipulada liberalización de la homosexualidad. La homofobia es un bastión más para separarnos y consigue que personas que deberían unirse para combatir el control nos encontremos separados.
Los signos clínicos de disbalance hormonal son facilmente diagnosticables en una única consulta, e incluyen cambios físicos y comportamentales, así como problemas de estado de ánimo.
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